Ni una menos

El 18 de junio de 2025,  víspera del “Corpus Christi” y bajo el lema “Ni una menos, las vidas de las mujeres y las niñas de la RD del Congo nos importan”, nos reunimos en Madrid en torno a 70 personas para hacer presente y reconocer la situación de dolor e invisibilidad de las mujeres y niñas congoleñas víctimas de violencia sexual, debida a una guerra que dura más de 30 años.

Las mujeres, las mujeres congoleñas, también son “Cuerpo de Cristo”.

Acogidas por Sercade y organizado por: Karibu, Plataforma de Mujeres Congoleñas, Fisc, La Revuelta de las Mujeres en la Iglesia, Redes y Sercade, tuvimos la oportunidad tras el visionado del impactante documental , “Mujeres y niñas en la guerra de la RD Congo”, de debatir sobre la tremenda situación de las mujeres violentadas en zonas de conflicto y la utilización de la violencia en los cuerpos de las mujeres como armas de guerra.

Nicole Ndongala y  Teffia Mujjima, ambas de la Plataforma de Mujeres Congoleñas,  nos hablaron de los intereses económicas que sostienen una guerra que aunque se pretende calificar de doméstica, beneficia directamente a los intereses de grandes multinacionales, empresas y estados a los que la desestabilización de la zona y de la RD del  Congo en general, beneficia para obtener materias primas, tierras raras etc, en condiciones inmejorables.

La violencia de esta guerra que se arrastra de forma intermitente desde hace más de 30 años, afecta a toda la población y a todo el país pero muy especialmente a las mujeres que son utilizadas como arma de guerra para atemorizar, aterrorizar, a la población provocando éxodos de población que busca un lugar seguro para poder establecerse.

Las violaciones de mujeres y las mutilaciones a las que se las somete , el nivel de estragos físicos que conllevan, las dejan marcadas y estigmatizadas de por vida. Las vejaciones que se realizan delante de familiares, maridos, padres, hijos, son una forma de humillación y sometimiento de una población que queda en schock, tras estas situaciones. 

Estas mujeres, muchas veces rechazadas en su propia comunidad, tienen que aprender a sobrevivir con la carga de hijos no deseados y la impunidad. Sin embargo, a menudo,  son capaces de salir adelante por ellas y sus hijos y de buscar nuevos horizontes y metas.

Llama la atención la nula aparición en prensa y otros medios, de este conflicto que parece no interesar a nadie.

El acto terminó con una performance organizada a las puertas del hotel Palace. Hubiéramos querido hacerlo en la plaza del Congreso pero no fue posible. Allí pudimos manifestar nuestra solidaridad y nuestro apoyo a estas mujeres ejemplo vivo del cuerpo mancillado de Cristo hoy en nuestra sociedad.

¡Las mujeres y las niñas importan!, ¡las mujeres y las niñas congoleñas importan!

¡Viva la lucha de las mujeres!.

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