El verano ha terminado y con ello, el voluntariado internacional Salongo de verano. En terreno continúan 3 personas: David y Nico en Salahonda y Elisa en Atauro. A continuación, las personas voluntarias que ya han regresado nos resumen cómo ha sido su experiencia en Mendoza (Argentina), Salahonda (Colombia) y Atauro (Timor):
MENDOZA – ARGENTINA
He tenido la suerte de realizar mi Voluntariado Salongo en Mendoza (Argentina) de la mano de FISC, pero la experiencia de voluntariado comienza mucho antes de aterrizar en destino. Comienza con un fin de semana de encuentro formativo con todas las personas que forman parte de la experiencia Salongo, compartiendo vivencias, reflexiones y comprobando que estás en el lugar adecuado con las personas con las que compartes valores y sintiéndote parte de un movimiento que realmente trabaja en el empoderamiento de las personas y comunidades. La aventura continua en el aeropuerto, un lugar de despedidas en el que en este caso, tocaba despedirse de los miedos, las inseguridades y de la zona de confort.
Al llegar al fin a Mendoza, me reencontré con Ana, compañera de la experiencia y Beatriz y Marcela, las hermanas que nos han acogido y que han logrado dar el broche a nuestra estancia allí. Nuestra labor se ubicaba en el CAE, el Centro de Apoyo Educativo de La Compañía de María en el barrio de La Gloria, un espacio seguro y cercano en el que 134 niños, niñas y adolescentes reciben apoyo escolar. Junto a Ana, logramos crear un tandem perfecto en el que ella centraba su labor en el aspecto educativo y metodológico y yo de la mano de Sandra, directora del centro, desempeñaba una labor ligada al área social, llevando a cabo distintas tareas de apoyo y realizando entrevistas a las familias del alumnado. En estas entrevistas, además de conocer mejor la situación y renovar los datos respecto a la situación familiar, se ha podido identificar cuales son las situaciones y problemáticas que preocupan a la población de la comunidad. Además, en las entrevistas me transmitieron la importancia que tiene el CAE en sus vidas y no solo respecto a lo académico sino al acompañamiento, lo que me hizo sentir aún mas orgullo de formar parte de esta “familia”.
La experiencia en el CAE ha sido realmente enriquecedora, pero también lo han sido compartir hogar y reflexiones con las hermanas, conocer y disfrutar de la infinita sabiduría de las hermanas más mayores, las conversaciones con las profesoras, la oportunidad de conocer otras iniciativas del barrio, poder trasmitir nuestra experiencia en el CAE al alumnado del Colegio de la Compañía de María y un largo etcétera que nos ha “llenado el corazón de vivencias”.
Creo que no hay mejor forma para definir nuestra acogida tanto en la vivienda como en el CAE que este trocito de la canción “La Casa” compuesta y cantada por Marcela Bonafede que transmite su espiritualidad a través de bonitas canciones y con con quien hemos tenido la oportunidad de compartir “La Casa”.
https://ciamariaconosur.org/h-marcela-bonafede/ AQUÍ ESTÁ LA CANCIÓN
Quiero que mi casa no sea mía. Que digamos juntos: “ella es nuestra”
Que esté pintada del color de la alegría y que tenga sus ventanas bien despiertas.
Que tenga un caminito. De piedritas. Que acoja con cariño al caminante
Y que el sol habite el patio y la cocina. Y te invite a la esperanza al despertarte
QUE SEA NUESTRA CASA, CASA AMIGA, ABIERTA A RECOGERTE CUANDO PASES
CON UNA MESA GRANDE Y DECIDIDA A COMPARTIR EL PAN Y LOS PESARES
Bihotz

SALAHONDA – COLOMBIA
La experiencia en Salahonda ha cubierto y superado mis expectativas. Reconozco que a pesar de tener todas las ganas del mundo, en el momento de despegar no las encontraba, demasiado sacrificio en tiempo y preocupaciones para irme a un lugar que no conocía y pensaba realmente que más me valdría estar presente y ayudar a las personas que tengo cerca que irme tan lejos. Sin embargo, el tiempo allí me puso en mi lugar, realmente ha sido la experiencia más enriquecedora a nivel personal y profesional que he vivido nunca.
La Playa te acoge y te absorbe, aprendes a relativizar las cosas, a parar el tiempo y a vivir según te marcan la naturaleza y las necesidades del momento. He tenido la suerte de hablar con muchas personas que me han transmitido su historia y su cultura de la mejor de las maneras, he aprendido a gestionar y gestionarme y no tengo ninguna duda de que volveré. Mis compañeras han tenido la oportunidad de convivir con el funcionamiento del colegio y compartir sus conocimientos académicos con profesores y profesoras. No puedo ni quiero expresar por ellas cómo se han sentido en esta experiencia, pero creo que no me equivoco si afirmo que para todas nosotras ha sido muy positiva y enriquecedora.
Ana

ATAURO – TIMOR
De nuestra experiencia en Salongo destacamos tres palabras: comunidad, naturaleza y vida.
Comunidad entre las tres voluntarias que emprendimos la aventura; comunidad con las hermanas de la Compañía de María que han iniciado la misión en Atauro y, comunidad con las maravillosas personas de Atauro, especialmente de las comunidades de Beloi y Makadade donde hemos llevado a cabo nuestra labor de voluntariado.
Naturaleza salvaje, en la isla con mayor biodiversidad marina del planeta. Vivir en conexión con la Naturaleza, depender de las mareas, de las lluvias, de sus frutos, ver cómo toda la isla escucha a la Tierra para vivir, nos ha hecho ser todavía más conscientes de la necesidad de cumplir los ODS del eje planeta y cuidar la Casa Común, de la que nos habla el Papa en la encíclica Laudato Sí.
Vivir en comunidad con la Naturaleza en mayúsculas y con todas las personas que nos han acompañado es compartir VIDA en mayúsculas. Sólo podemos decir Gracias por la oportunidad y el privilegio de haber disfrutado de este Salongo en Atauro.
Elisa, Lucila y María


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